lunes, 6 de agosto de 2007

ANTES DE LOS 5 AÑOS:

La sexualidad está presente durante toda la vida humana (desde el nacimiento hasta la muerte), aunque atraviese cambios muy importantes en calidad e intensidad.

En cuanto a los recién nacidos está capacitado para sentir placer corporal. Esa sensibilidad al contacto físico le ayuda a comprender que es amado, mucho antes de que pueda comprender otro tipo de mensajes. Los bebés suelen sonreír y emitir sonidos de satisfacción cuando se produce el roce de sus genitales durante el cambio de pañales o el baño.

Después de los 18 meses, otra área de su cuerpo adquiere mayor privilegio: la zona anal. El pequeño concentra su atención y sus sensaciones en las funciones excretoras que, poco a poco, aprenderá a controlar.

Si el desarrollo emocional progresa adecuadamente, hacia los tres años, el niño empieza a descubrir que las sensaciones corpóreas más placenteras provienen de la zona genital.

Durante su crecimiento cada niño aprende muchas cosas acerca de su cuerpo y sus sensaciones. Algunas lo ayudan a avanzar en su evolución. Otras, pueden perturbarlo, detenerlo parcialmente, o hacerlo retroceder en algunos aspectos. Muchas dificultades de la sexualidad adulta reconocen sus orígenes en obstáculos surgidos en estas etapas iniciales. Un motivo más para tender enérgicamente hacia una adecuada educación sexual desde el principio de la vida.

Se suelen interpretar las exploraciones infantiles como si estuvieran cargadas de las mismas intenciones y cualidades que en los adultos, y eso produce cierto rechazo o inquietud, se tiende a limitarlo. Pero estas actividades infantiles constituyen un aprendizaje valioso, no vinculado con una sexualidad genital en el sentido adulto, sino que le permite conocer y aprender por un juego de comparación y sensaciones.

Cuando los chicos toquen, se toquen, o abran de repente la puerta del baño o del dormitorio donde hay algún adulto, corresponde a estos últimos enfrentar la situación con la mayor naturalidad posible en esos momentos. Quienes puedan atravesarlos sin mayores conflictos estarán haciendo un importante aporte a la educación sexual de sus hijos.

Durante la infancia se experimenta con diferentes “juegos sexuales” vinculados con exploraciones y descubrimientos, con el placer o la curiosidad de sentir y tocar. Juegos como “al doctor” o a las escondidas en una habitación a oscuras... son principios de aproximación al otro sexo. Ante esta situación muchos adultos tienen dificultades para aceptarlos como “positivos”, y que sólo pueden convertirse en algo negativo cuando la actitud del entorno los destaca por encima de cualquier otro suceso, cuando es represiva y carente de comprensión.

El gran interrogante de la primera infancia es: ¿esto qué es?. Para evitar dudas o incomodidades conviene tener pensada la respuesta y saber que enseguida surgirán otros interrogantes que también convendrá satisfacer de alguna manera: “¿todos los nenes tienen pito?¿por qué las mamás tienen tetas grandes y los papás no?”. Y tantas otras variantes de una misma curiosidad: la diferencia entre los sexos.

Conviene informar con claridad para evitar que se formen ideas distorsionadas o generen temores en cuanto a su proceso de crecimiento. No está de más explicarles que todos los chicos sanos crecen hasta transformarse en adultos y adquieren esas características que a ellos les llaman tanto la atención. Y que todas las partes del cuerpo crecen como crecen las manos, las orejas, las piernas y todo lo demás.

La presencia del vello es para los pequeños otra señal llamativa. Podemos decirles que cuando la gente crece toda su piel se va haciendo más gruesa y resistente, un poco más áspera y algunas zonas se cubren de pelos. Ese vello es más grueso y tupido en los genitales y en las axilas. En general, los hombres son más peludos que las mujeres y tienen barba; algunos tienen mucho pelo en el pecho, los brazos y las piernas, otros no. También hay mujeres que tienen más vello que otras.

Otra preocupación es sobre el embarazo. La primera información que necesitan sobre el tema es que los bebés, antes de nacer, están adentro de la mamá; en una bolsita que tienen todas las mujeres especialmente para eso y que se llama útero. Ese lugar es cómodo, calentito y húmedo; está en la panza y al principio es chiquito, porque el bebé también es muy chiquitito, apenas un punto más chiquito que la cabeza de un alfiler. Poco a poco irá creciendo y la bolsa se estirará para que pueda estar cómodo y protegido. Necesita estar ahí mucho tiempo (nueve meses) porque al principio no tiene todo lo que hace falta para vivir.

Los chicos también querrán saber ¿qué hacen los bebitos en la panza de la mamá?.

Su ocupación principal es crecer. Para eso el bebé se alimenta y “respira” a través de un cordón que sale de su ombligo y lo une a la mamá. Cuando ya tiene cuatro meses, más o menos comienza a moverse.

Cuando el bebé ya creció lo suficiente y está listo para nacer, empuja buscando la salida que está entre las piernas de la mamá, y se llama vagina. Esa abertura se estira para que el bebé pueda pasar. Hay que detectar y corregir la frecuente conclusión infantil, bastante lógica, de que los bebés salen por el mismo agujerito que ellos usan para evacuar el intestino. Lo más aconsejable es recordar y subrayar que las mujeres tienen tres agujeritos: uno para hacer caca, otro para hacer pis y uno más grande que es, precisamente, la vagina, por donde nacen los bebés. Los varones en cambio solo tienen dos: uno para hacer pis y otro en la cola.

Aunque se informe que la mamá va a la clínica o al hospital para tener el bebé, habrá que poner énfasis en aclarar que el nacimiento es una situación de salud, de alegría, de vida. Que la mamá no se interna porque está enferma, ni porque la van a operar. Se interna porque la salida del bebé (que se llama parto) le exige un gran esfuerzo, le duele un poco y un médico la ayuda y revisa al bebé para asegurarse de que esté sano.

La siguiente, inevitable curiosidad, es: ¿cómo entró el bebé?

Basta con decir que ese puntito que es el bebé al principio adentro de la panza, fue hecho por papá y mamá. Mamá puso una parte y papá la otra. La parte de la mamá estaba adentro de la bolsita para los bebés (el útero). La parte del papá la coloca en un abrazo muy amoroso y muy fuerte durante el cual el pene (o pito) entra en la mamá por ese mismo agujerito por donde después va a salir el bebé al nacer. Allí, en el fondo, las dos partes se encuentran y se unen formando ese puntito que después crecerá poco a poco en la panza de la mamá. Hay que indicarles que ese abrazo que a los dos les gusta mucho, se lo dan cuando están solos, porque se quieren. Y que, no siempre que lo hacen, se formará un bebé.

No hay comentarios: