lunes, 10 de diciembre de 2007

Adicción a la masturbación





El vicio solitario (masturbación) consiste en abusar del propio cuerpo excitando los órganos genitales para procurarse voluntariamente el placer hasta el orgasmo. A veces, se comienza por mera curiosidad; pero si no se corrige esta inclinación se convierte en un vicio obsesivo que esclaviza a la persona y le desinteresa por todo lo demás: como le pasa al drogadicto.

Dice André Léonard, Profesor de la Universidad de Lovaina: «Por su misma naturaleza, la masturbación contradice el sentido cristiano de la sexualidad, vivida como alianza de amor. (...) El ejercicio de la facultad sexual queda privado de toda referencia afectiva con una pareja, en la medida en que el sujeto se repliega sobre sí mismo, en el disfrute de sí mismo. (...) La masturbación, privada del amor, deja a menudo insatisfecho a quien se entrega a ella. Conduce al vacío y al disgusto». Debes tener el coraje de pensar, y también decir, que la masturbación es un mal. Escucharás con frecuencia argumentos que intentan defender que se trata de un comportamiento inofensivo, tan anodino como el beber, comer o transpirar. Es preciso desmontar esas razones. (...) «No es ciertamente el pecado más grave que puedas cometer. Pero eso no impide que te hagas su esclavo, que te habitues a una sexualidad egoísta, y que asfixie en ti la vida espiritual».

La masturbación puede llegar a ser algo obsesivo en la persona. Hace del placer sexual algo egoísta, cuando Dios lo ha hecho para ser compartido dentro del matrimonio. Conozco casos de matrimonios fracasados porque uno de los dos, esclavizado por la masturbación, se negaba a las naturales expresiones de amor dentro del matrimonio. Quien se deja esclavizar del vicio de la masturbación puede arruinar la armonía sexual de su matrimonio. Una mujer joven se quejaba en la consulta de un médico de que su marido tenía con ella muy pocas relaciones sexuales. Él reconoció, delante de ella, que prefería masturbarse.

Quien tiene la desgracia de verse esclavizado de esta mala costumbre debe poner el mayor esfuerzo en corregirse cuanto antes. Este vicio encadena fuertemente, cada vez es más difícil desligarse de él, y cuando tiene esclavizada a una persona, la envilece, la embrutece, anula su voluntad, destroza su carácter, perturba el desarrollo de su personalidad, debilita la fe, produce desequilibrio nervioso, hace egoístas e incapacita para amar a otra persona.

«No se puede abusar del organismo. La naturaleza pasa después la factura. El cuerpo humano tiene sus límites. No se pueden gastar las energías destinadas al desarrollo integral de la persona humana». Incluso para Freud «el masturbador incurre en riesgo de bloquear el desarrollo y maduración de su psicoafectividad». «La práctica habitual de la masturbación conduce a graves desequilibrios nerviosos».

Todos los médicos están de acuerdo que cuando la masturbación es frecuente, conduce a la neurastenia. Y cuando la masturbación es un vicio esclaviza como todos los vicios.

«La masturbación es, con frecuencia, expresión de egocentrismo, (...) indicio de un desarollo retardado o detenido de la personalidad».

«Cuando la masturbación se convierte en hábito, debe ser calificada como falta de madurez. (...) Cuando la masturbación presenta síntomas de psicosis y neurosis, debe buscarse la ayuda de un profesional que la someta a un tratamiento adecuado.(...) Las fuentes que dan pábulo a la fantasía -lecturas, televisión, cine- han de considerarse como la base de muchas acciones que no deberían haber tenido lugar, si no hubiesen sido estimuladas».

Hay maníacos sexuales «que buscan el placer una y otra vez por sí mismo, y caen, como los drogadictos, en el círculo de una insaciable repetición, con el fin de superar en cada nuevo intento, las incesantes frustraciones.

«La masturbación hecha costumbre da por lo general seres psíquicamente replegados sobre sí mismos, especialmente incapaces de elevarse a un auténtico amor sexual».

El vicio de la masturbación es causa de muchos fracasos en los estudios y en el deporte. Esto lo saben muy bien los estudiantes y los deportistas.

«Cuando un ser humano se habitúa a satisfacer un instinto en una forma determinada, puede llegar a perder, a través de un mecanismo psicológico, el deseo o la atracción por todas las demás formas. El hábito de saciar el hambre sexual de una forma anormal y viciosa, puede llegar a provocar la repelencia por el acto natural, con lo cual el masturbador entra de lleno en el campo de la incapacidad sexual psicológica».

El vicio de la masturbación lleva a la eyaculación precoz en el matrimonio, que impide acomodarse al ritmo de la mujer que es más lenta, y es causa de graves problemas en la armonía sexual matrimonial. Los médicos americanos que habían tratado a muchachas que se masturbaban, descubrieron que después de casarse resultaban esposas frígidas.

«No es inteligente considerar la masturbación como algo natural, pues causa una serie de trastornos en el adolescente. No sólo en el campo religioso, sino en el afectivo, psicológico, intelectual, etc., donde se hacen sentir sus malos efectos. (...). El que en plena adolescencia el joven sienta fuertemente el impulso sexual, tiene un profundo valor educativo. (...). Más tarde en su vida conyugal, muchas veces tendrá que dominar sus inclinaciones».

Estas partes del cuerpo deben respetarse con delicadeza, y sólo tocarlas por necesidad, limpieza, higiene, etc. Pero nunca tocar estos órganos sólo por gusto. Con eso no se juega.

Éste es un pecado degradante, repugnante, inconcebible en una persona delicada. Sin embargo, si después te da vergüenza confesarlo, entonces la desgracia es doble e irreparable.

Si tuviste la desgracia de la caída, no permitas la de la vergüenza de confesarlo. Acude a un sacerdote y ábrele tu conciencia para que te perdone y te ayude a salir de tan triste estado. Ten confianza. Tienes remedio. Muchos empezaron esta mala costumbre sin conocer su importancia. Bien porque lo descubrieron de un modo casual, bien porque fueron enseñados por otra persona que intencionadamente quitó importancia al asunto. Pero la masturbación es un vicio que puede esclavizar fuertemente y transformar el carácter de la persona, y hasta su ideología religiosa.

La masturbación puede llevar a perder la fe. Muchas incredulidades han empezado en la masturbación». El joven siente inclinación a masturbarse, oye que la Iglesia lo prohíbe, y siente la tentación de dejar la Iglesia que le prohíbe lo que le gusta hacer, y quizás le cuesta trabajo evitar. «Pero, por otro lado, no podemos olvidar que la masturbación no contribuye a la superación del problema sexual o de la tensión de un momento dado. Conduce, por sí misma, a la larga, a una erotización mayor y a una obsesión creciente, de modo que a la larga el problema no se soluciona. El sexo, no lo olvidemos, (Chauchard no se cansa de repetirlo) está sobre todo en la cabeza. Tiene una capacidad obsesionante tal, que la solución del problema sólo se logra cuando el hombre consigue entregar su pensamiento a tareas que le ilusionen. La solución al problema del sexo, y a una obsesión excesiva, sólo se encuentra de modo indirecto, cuando el hombre consigue centrar su pensamiento en algo que le ilusiona. He sido testigo de cómo muchachos que se han entregado con ilusión a una ocupación deportiva, incluso en presencia de chicas, o a otro tipo de ocupación, no tenían problema alguno sexual; mientras éste surgía siempre que se dejaban llevar por el ocio».

Es fácil que quienes han contraído el hábito de la masturbación experimenten un fuerte sentimiento de culpabilidad capaz de destruir todo estímulo de vida y de producir un permanente complejo de inferioridad.
El único tratamiento pastoralmente eficaz es el de procurar abrir horizontes hacia expresiones plenas de la afectividad y hacia tareas culturales, profesionales, sociales y religiosas, que den sentido a sus vidas.
La gravedad de cada acto masturbatorio no siempre es fácil determinarla pues depende de muchas circunstancias y pueden darse atenuantes de la responsabilidad. Sin embargo se debe poner un serio empeño en evitarlo por el peligro de caer en la esclavitud del hábito.

«Los trastornos afectivos y algunas situaciones neuróticas provocan frecuentemente manifestaciones de autoerotismo, que alcanza, a veces, un carácter convulsivo claramente psicopático...Está comprobado que la masturbación ejerce siempre una mala influencia, sobre todo en la psicología juvenil. Debilita la fuerza de voluntad, la confianza en sí mismo, y perturba el desarrollo de la personalidad. Crea melancólicos e introvertidos y, en el fondo, egoístas. La masturbación es una satisfacción sexual egoísta, que marca a la persona y la incapacita para el verdadero amor».

La masturbación es, muchas veces, un recurso barato y triste; una compensación, un consuelillo de segunda clase por algún otro éxito de cualquier otro tipo que no hemos sido capaces de conseguir. Con todo, no todos los actos masturbatorios son de la misma gravedad. Cuando un joven tiene interés en corregirse y pone los medios que tiene a su alcance aunque tenga caídas, éstas pueden tener atenuantes a su culpabilidad. Siempre se puede acudir a Dios pidiéndole ayuda, pues Él nunca abandona a los que acuden a Él, pidiéndole ayuda para algo bueno y conveniente. Y como dice San Pablo: Todo lo puedo en Aquel que me conforta.

En la adolescencia, la masturbación puede aparecer como algo pasajero. Como eso de los granos. Pero si es repetitivo, puede degenerar en hábito; y esto es grave. Lo lógico es que deje un sentimiento de culpa. Sin duda es mejor dominarse que dejarse vencer. Dominarse es señal de adultez. La victoria es señal de madurez. La caída es señal de debilidad; por eso deja sentimiento de culpa.

«En la edad madura, la masturbación puede ser síntoma de algo más serio, sobre todo si es persistente. Puede indicar un estado de adolescencia mental, o alguna otra deficiencia psíquica. Se encuentra, desde luego, en muchos tipos de demencia senil y en el alcoholismo. En general puede aparecer en todos los estados mentales, en los que se dé una descohesión de la personalidad que tenga por consecuencia una pérdida de control de los instintos más primitivos». Dice el célebre moralista Häring: «No se puede decir que la pasión destruye la imputabilidad moral de los pecados contra el sexto mandamiento, pues si así fuera sólo un pecado diabólico sería mortal».

A veces las caídas en la masturbación no son por una intención lujuriosa. Son consecuencia de una depresión, una angustia, una ansiedad que no permite conciliar el sueño, etc. Casos así pueden remediarse con algún sedante inofensivo RECOMENDADO POR UN MÉDICO. En una conferencia que le oí en 1976 al Dr. D. José Mª Poveda Ariño, Jefe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, titulada Ciencia y Doctrina Moral Sexual, dijo que la masturbación es un fenómeno evitable por cualquier persona normal. Y en los casos en que esta superación parezca difícil es perfectamente asequible con los productos que un médico puede recomendarle.

En enero de 1976 el Vaticano publicó un documento sobre Moral Sexual donde dice: «El uso deliberado de la facultad sexual, fuera de las relaciones conyugales normales, contradice esencialmente la finalidad de esta facultad» (nº5). También dice este documento que «la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado» (nº9). Esto significa que el acto, "en sí mismo", es siempre materia de pecado grave ("objetivamente malo"). Para determinar si el acto de una persona concreta es pecado grave también habrá que considerar si se cumplen las otras condiciones del pecado grave: que tenga uso suficiente de razón como para saber lo que está haciendo y la malicia del acto, y que consienta plenamente al mismo.

En 1983 el Vaticano ha publicado otro documento sobre la educación sexual (Orientaciones educativas sobre el amor humano)donde dice: «La masturbación es un grave desorden moral». Y aunque sólo Dios conoce la responsabilidad moral subjetiva de cada acto, «de ningún modo se puede sostener que en el campo sexual no se cometen pecados mortales».

Pero no has de considerar pecado todos los tocamientos en tus órganos genitales. Pueden ser pecado los tactos encaminados a excitar el placer sexual; pero otros actos que se hacen por necesidad o por higiene, no son pecado alguno. Y en las conmociones orgánicas que sientas involuntariamente, reprime el consentimiento, y en paz. No has pecado contra la pureza. Aprende a distinguir entre el sentir y el consentir. Puede ser que a veces sientas movimientos contra tu voluntad en tus órganos genitales. Acostúmbrate a prescindir de esas sensaciones.

El pecado no está en el sentir, sino en el consentir. En el noveno mandamiento te expongo el modo de luchar contra estas tentaciones molestas. Pero si tuvieras la desgracia de haberte complacido voluntariamente en ese placer sexual, entonces manchaste tu pureza.

El orgasmo, que es la sacudida que experimenta el cuerpo con la satisfacción del placer sexual, es derecho exclusivo de casados. Una persona soltera no puede ni procurárselo voluntariamente ni aceptarlo si lo experimenta involuntariamente. A veces el orgasmo se produce imprevistamente. En ese caso tampoco es lícito saborearlo voluntariamente, aunque no se pueda evitar la sensación placentera. Pero cuando ocurre durmiendo no es pecado alguno.

El placer venéreo completo, el orgasmo, buscado directamente, sólo está permitido dentro del matrimonio, dentro del acto conyugal.

Existen muchos mitos alrededor de la masturbación; lo que es cierto, es que cuando se convierte en algo obsesivo en tu vida, estamos hablando de una adicción y debes tratártela como tal.

Autor: Jorge Hidalgo

A pesar de lo común que puede sonarte, éste suele ser un tema desconocido para muchas personas y nunca está por demás que tengas la información necesaria para entenderlo y superarlo.

Este es el testimonio real de alguien que practicaba constantemente la masturbación: “Siento incapacidad de amar; de enfrentar la vida, de ser amado, y mi debilidad de carácter ha ido creciendo poco a poco. He pensado que todo esto es debido a la conducta adictiva que tengo respecto a la masturbación. Me da mucho coraje ver cómo los medios de comunicación, incluyendo Internet, nos bombardean con este tipo de información. Con relación a mi problema, me gustaría saber ¿cómo tratarlo?, ¿qué hacer? y ¿qué consecuencias psicológicas, físicas y emocionales hay al respecto?”

La masturbación es un vicio

Existen muchos mitos alrededor de la masturbación; lo que es cierto, es que cuando se convierte en algo obsesivo en tu vida, estamos hablando de una adicción y debes tratártela como tal.

Las adicciones no sólo se dan con sustancias, sino también puedes ser adicto a relaciones y actividades diversas, como por ejemplo: al juego, Internet, al sexo y a determinadas personas...

Houston, tenemos un problema...

Como ocurre en el tratamiento de cualquier otro tipo de adicción: lo principal, es que reconozcas y aceptes que tienes un problema, y ese es el primer paso hacia tu recuperación.

Lo sé, es una situación especialmente delicada, pues es un asunto íntimo, aunque déjame decirte que muchas veces no viene del placer sexual; es más, puede ser consecuencia de una depresión, angustia, ansiedad o algo que no te permite conciliar el sueño.

Por lo general, a nadie le gusta admitir que tiene este problema; la mayoría, lo mantiene en secreto, ya que es más difícil vencer la vergüenza y buscar la ayuda necesaria.

Pero que esto no te detenga. Si sufres con la masturbación, mereces ser ayudado para encontrar una solución a tu problema.

“Una necesidad imperiosa..."

Por lo general, quien se inicia en la masturbación, comienzan por mera curiosidad; y puede ser tu caso. Pero cuidado, si no lo corriges, ésta se convierte en un acción cotidiana.

Lo que debes entender, es que no puedes abusar de tu cuerpo. En esta actividad gastas energías que puedes utilizar en otras cosas. A pesar de que sientas “que has satisfecho una necesidad imperiosa”, inmediatamente después te viene la culpabilidad y el vacío que te llevan a experimentar una horrible sensación de soledad.

Pero lo más peligroso viene después, en el momento en que desgraciadamente la práctica de la masturbación te conduce a desequilibrios nerviosos -en una primera instancia- y que a la larga, afectan tu facultad sexual y afectiva con una pareja; pues te repliegas sobre ti mismo experimentando siempre una insatisfacción plena.

Principales recomendaciones

Lo primero que tienes que hacer, es reconocer que has caído en este vicio y tener el coraje de pensar y también decir, que la masturbación es un mal.

Quizá escuches con frecuencia argumentos que intentan defenderla diciendo que se trata de un comportamiento inofensivo, pero no es así. La masturbación, como todo vicio, esclaviza.

¿Cómo superar el sexo solitario?

La clave de todo está en formar tu voluntad. La única fuerza que puede controlar la energía potente de tu sexualidad es tu voluntad firme y decidida, porque es una fuerza personal profunda e interior.

Si quieres dejar el vicio, te serán muy útiles los siguientes consejos; ahora que no está demás poner en práctica la disciplina personal, el trabajo responsable, las motivaciones sólidas naturales y sobrenaturales, que te ayuden al control de las reacciones para vivir dominando la vida y que la vida no te domine.

  1. Desfoga tu vigor en el deporte, el trabajo físico, la actividad creativa y dinámica, para eliminar las tensiones físicas.




  2. Selecciona tus lecturas, busca espectáculos sanos e intenta controlar tus estados de ánimo.




  3. Evita la soledad, el ocio, las lecturas e imágenes pornográficas.




  4. Cuida la manera como miras a las personas del otro sexo.




  5. Busca el contacto con la naturaleza, el trabajo físico y los hobbies educativos.

¿Qué nombre lo pondremos?



NIÑOS

Aldo: El noble experimentado.

Alejandro: El protector de los hombres.

Alex: Abreviatura inglesa de alexander.

Alfonso: Guerrero preparado para el combate.

Alfredo: El que aconseja siempre la paz.


NIÑAS

Amaya: El hijo muy querido

Amparo:
La que cobija y protege

Ana: Tiene la gracia de dios

Andrea:Valiente y bella.

Andrómeda: La más hermosa.

Una vaca en el salón

Había una escuela muy bonita cerca de una granja.

Era el primer día de clases y los niños de kinder estaban sentados, calladitos y muy contentos. "Voy a pasar lista. Digan presente cuando escuche su nombre." dijo la maestra.

Una vaca había entrado al salón por la puerta de atrás y al ver a los niños callados y sentados, también se sentó. Nadie se había dado cuenta de que la vaca estaba en el salón.

Cuando la maestra terminó de pasar lista preguntó:
"¿Hay algún estudiante que no escuchó su nombre? "
"¡Muu! " hizo la vaca.
"¡Una vaca en el salón!" gritaron a coro los estudiantes sorprendidos.
"¡Muuu! ¡Muuu!" mugió la vaca.

" ¡Por favor, hagamos silencio, para que la vaca no se asuste! La pobre está perdida." dijo la maestra.
Los estudiantes hicieron silencio y la vaca se quedó sentada, quietecita. La maestra le pidió al conserje de la escuela que fuera hasta la granja y le dijera al granjero que la viniese a buscar.

"Cantaremos la canción Mi Escuelita, en lo que vienen a buscar a nuestra amiga." dijo la maestra sonriendo. Todos comenzaron a cantar.

"Mi escuelita, mi escuelita,
yo la quiero con amor."

Los estudiantes cantaban con tanto gusto y entusiasmo que la vaca también se puso a cantar.

"¡Muu!, Muu!, Muu!, Muu!
¡Muu!, Muu!, Muu!, Muu!"

Los estudiantes al escucharla, improvisaron un final gracioso para la canción.

"Porque en ella, porque en ella
¡hay una vaca en el salón!"

Fue un primer día de clases muy especial.

© Andrés Díaz Marrero, 2007





A mi nieta Anaís
en su cumpleaños



Mi Escuelita

Mi escuelita, mi escuelita,
yo la quiero con amor,
Porque en ella, por que en ella,
es donde aprendo mi lección.

Por la mañana muy temprano,
lo primero que yo hago
es saludar a mi maestra
y después a mi trabajo

La Mosca


Esa noche, ella lo vio abrir la alacena.

Entonces, voló por encima de la cabeza del hombre; para desde lo alto observar la malévola sonrisa que a él le lucía en el rostro al extraer el matamoscas que allí guardaba.


El hombre corrió tras ella abanicando el aire con golpes que tiraba hacia arriba, hacia abajo, a la derecha, a la izquierda, hacia todos lados.

Pero ella volando en hábil zig zag se le escapaba.

Tras una larga y agitada persecución, la mosca, sentíase tan y tan cansada que apenas podía volar; por lo que fue a pararse sobre la lámpara de la habitación.

El hombre se rió con una gran carcajada; midió bien la distancia; y descargó el golpe...

¡La pobre, apenas pudo escapar!

El azote fue a dar sobre el foco encendido, rompiéndolo.

La habitación quedó a oscuras.

Y como el hombre no tenía otro bombillo de reemplazo, la mosca supo que, esa noche, podría descansar tranquila.

Antes de dormirse la mosca susurró : -Bueno, ¡mañana será otro día...

© Andrés Díaz Marrero

Amich



Singular y poco difundido apellido de origen catalán que hallamos radicado, principalmente, en las provincias de Barcelona y Gerona.

Según don Roberto Faure, coautor del "Diccionario de Apellidos Españoles", los apellidos Amich, Amic o Amigó proceden del de Amigo, el cual es un apellido relativamente frecuente y repartido por toda España, procedente del nombre personal tardo-latino Amicus, derivado de la voz amicus, que significa "amigo, amante, favorito". Tampoco es descartable que pueda proceder, al menos en parte, del sustantivo amigo, existente en castellano y en gallego-portugués, desde apodos o sobrenombres de resonancia afectiva.

Los datos más antiguos del apellido Amich se encuentran en el "Fogatge" o censo de hogares realizado en el antiguo Principado de Cataluña en el año 1497 donde se citan, entre otros, a los siguientes "cabezas de familia" portadores del apellido Amich (mantenemos la forma de escritura original): Steve Amich, vecino de la ciudad de Barcelona;

Mestre Antoni del Amich, vecino de Barcelona, y Johan Amich, alias Oliveres, vecino de Quart, provincia de Gerona Por otra parte, señalar también que varias familias portadoras del apellido Amich o Amic participaron en la reconquista y repoblación del antiguo Reino de Valencia, ya que así se documenta en los censos realizados en dicho reino en los siglos XIV y XV.

Armas: Don Francesc d'A. Ferrer y Vives en su obra "Heràldica Catalana", describe el siguiente escudo de armas para el apellido Amich: Escudo partido: 1º., de azur, dos manos entrelazadas de carnación acompañadas de dos estrellas de oro; 2º., de oro dos palos de gules.

Amamantar


Amor en tus ojos

Miradas y sonrisas

Amor en tus brazos

Manos y caricias

Amor en tus labios

Nanas y besos

Ternura ofrecida

Amor en tus senos

Regalo de vida.

María Jesús Escudero Martín de Ave

Madre algo insegura


Diz que una joven madre algo insegura

(¿quién, siendo madre y joven, no lo estaba?)

a un médico pediatra consultaba

con fe que antes ponían en el cura.



"Nunca tomes en brazos la criatura

cuando llore, porque te hará su esclava;

ni en tu lecho la admitas, ¡más faltaba!,

que a los niños conviene mano dura."



La niña (tal prodigio nunca vieres)

exclamó: "¿Me prohíbe ir con mujeres?

Yo no fumo, ni bebo, ni he probado

las dulces golosinas de la infancia.

Mi vida entera es pura temperancia;

si me quita a mi madre, la he chingado."

Carlos González