lunes, 26 de noviembre de 2007

A mi madre

Generosa Oceanía de silencios
tu palabra de amor me levantó
más allá de mis plegarias de luz,
grabando en mármol azul, tu voz
que en mi boca crepuscular anidó
la esencia total de tus sentimientos.

La clara concepción de tus caminos
me lleva transparente por las sombras,
recojo el mensaje de la vida
que en el bautismo de mis días,
tus ojos grabaron en mi memoria.

Así, soy en ti, la poesía
tu sacrificio y tu dolor me marcaron
y forjaron en mí el concepto de la hombría
tus azules manos artesanas tallaron en mí
la verdad, el trabajo y el honor.

Día a día seguí tus lágrimas
y noche tras noche caminé tus oraciones;
te vi caer de las sombras del cansancio
cuando la noche rompía tu fortaleza,
y al segundo de tu entrega
vi alzarse tu estatura astral
en la galaxia de la vida y de la muerte.

Y hoy que soy un universo de luz,
y un huracán desmedido de ilusiones,
vivo la pasión y el amor
con la misma intensidad que has vivido tu dolor;
admiro tus batallas, madre mía;
como silueta dibujada en el océano azul
con la presencia inconfundible de la luz.

Soy en ti la prolongación rumorosa de tus sueños
y la voz universal de seis corazones invisibles,
que hacen presente el homenaje de amor
en el reino silencioso de tu entrega total.



~ Alejandro Latorre Quintanilla ~

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