lunes, 26 de noviembre de 2007

Madre sirena

Te digo al llegar, madre,
que tú eres como el mar; que aunque las olas
de tus años se cambien y se muden,
siempre es igual tu sitio
al paso de mi alma.

No es preciso medida
ni cálculo para el conocimiento
de ese cielo de tu alma;
el color, hora eterna,
la luz de tu poniente,
te señalan ¡Oh, madre! entre las olas,
conocida y eterna en su mudanza.

No hay comentarios: